Centroamérica se prepara para el retorno masivo de migrantes ante la nueva administración de Trump
Región enfrenta posibles deportaciones masivas con aviones para mitigar su impacto social y económico
Centroamérica, una región históricamente marcada por la migración hacia Estados Unidos, se encuentra ante un nuevo desafío: la amenaza de deportaciones masivas anunciada por el gobierno del recién inaugurado presidente estadounidense Donald Trump. Los países del Triángulo Norte (Guatemala, El Salvador y Honduras) están tomando medidas para mitigar los efectos de estas posibles expulsiones, que podrían tener graves repercusiones económicas y sociales.
Fotografía de archivo del 16 de agosto de 2023 de migrantes caminando mientras se preparan para cruzar la frontera entre Costa Rica y Nicaragua, en la localidad de Los Chiles, al norte de San José (Costa Rica). EFE/Jeffrey Arguedas
La promesa de Trump de deportar a más de 11 millones de inmigrantes indocumentados desde el inicio de su mandato representa un fuerte golpe para Centroamérica. Esta región depende significativamente de las remesas enviadas por sus migrantes en EE.UU., las cuales constituyen entre el 20 % y el 30 % del Producto Interno Bruto (PIB) en países como Guatemala, El Salvador y Honduras.
En el año fiscal 2024, bajo la administración saliente de Joe Biden, las deportaciones ya habían alcanzado un récord con 271,484 personas expulsadas. Mientras las cifras de guatemaltecos y salvadoreños deportados aumentan un 11.5 % y 22.2 % respectivamente, los hondureños experimentan una reducción del 30.1 %, según datos oficiales.
En EE.UU. viven alrededor de 6 millones de centroamericanos, entre ellos más de 3 millones de guatemaltecos, 2 millones de salvadoreños y más de un millón de hondureños. Una ola de deportaciones masivas podría intensificar las tensiones en los sistemas educativos, sanitarios y laborales en sus países de origen.
Los gobiernos del Triángulo Norte han comenzado a diseñar estrategias para enfrentar esta nueva realidad:
Guatemala: El presidente Bernardo Arévalo presentó el "Plan Retorno Seguro", que contempla tres fases: brindar protección a los migrantes, facilitar un retorno digno mediante albergues temporales y promover su reinserción en la sociedad.
El Salvador: El gobierno está buscando soluciones permanentes para los salvadoreños amparados por el Estatus de Protección Temporal (TPS) y aboga por mejores condiciones para quienes están en situación irregular en EE.UU.
Honduras: La presidenta Xiomara Castro advirtió sobre la posible expulsión de la base militar estadounidense en el país si se concretan deportaciones masivas. Al mismo tiempo, hizo un llamado al diálogo con el nuevo gobierno de Trump.
La deportación de millones de trabajadores centroamericanos podría tener un efecto devastador no solo en sus países de origen, sino también en la economía estadounidense. Según la organización American Immigration Coalition, la ejecución de este plan podría reducir el PIB de EE.UU. entre un 4,2 % y un 6,8 %, con pérdidas económicas que alcanzarían hasta 1,7 billones de dólares anuales.
Por otro lado, aún no se sabe si la administración Trump continuará con la estrategia de inversión privada en Centroamérica impulsada por Biden, que logró canalizar más de 5,200 millones de dólares hacia la región para combatir las causas estructurales de la migración.
A medida que la nueva administración estadounidense inicia su mandato, Centroamérica busca prepararse para una posible crisis migratoria inversa.
Con información de: EFE