Pensar políticamente desde el Sur: los casos de Honduras y Paraguay en la historia conceptual latinoamericana
¿Qué revelan los conceptos políticos cuando se estudian desde las periferias del pensamiento occidental?
En la historia de las ideas políticas, los grandes conceptos —como “Estado”, “libertad”, “democracia” o “revolución”— han sido generalmente estudiados desde una perspectiva eurocéntrica. Pero, ¿qué ocurre cuando esos mismos conceptos se analizan desde realidades como las de Honduras y Paraguay? ¿Pueden las categorías forjadas en Europa explicar cabalmente las trayectorias políticas latinoamericanas?
A estas preguntas se enfrentan Miguel Gondel y Elías José Palti (2023) en su investigación, al explorar los desafíos que impone pensar la historia conceptual desde América Latina. Su enfoque parte de una constatación crítica: la historia conceptual tradicional, como la desarrollada por Reinhart Koselleck, ha sido muy útil para comprender cómo cambian los significados políticos en el tiempo, pero no siempre puede explicar cómo esos conceptos funcionan en contextos coloniales o poscoloniales como los nuestros.

Aquí es donde los casos de Honduras y Paraguay se vuelven reveladores. Ambos países comparten una característica singular: han sido frecuentemente vistos como márgenes del mundo político moderno, pero al mismo tiempo han sido escenarios donde los conceptos políticos han tenido un funcionamiento particularmente intenso y problemático.
En Honduras, por ejemplo, la noción de “Estado” ha sido históricamente frágil, atravesada por golpes de Estado, dependencia económica y una débil institucionalidad. Sin embargo, precisamente por esa fragilidad, los discursos políticos han tenido que reinventar constantemente conceptos como “soberanía”, “nación” o “democracia”, adaptándolos a contextos de alta conflictividad. Lejos de estar ausentes, estos conceptos han estado en disputa constante, moldeando las prácticas de poder, las alianzas transnacionales y las formas de resistencia ciudadana.
En Paraguay, la historia conceptual también enfrenta un desafío particular. Tras décadas de dictadura bajo Alfredo Stroessner, la transición democrática no significó una consolidación plena de los valores liberales clásicos. En cambio, se produjo un reciclaje de viejas estructuras de poder, camufladas bajo lenguajes renovados. Términos como “transición”, “república” o “pluralismo” adquirieron sentidos ambiguos, muchas veces funcionales a la continuidad del statu quo. Aquí, lo conceptual no es simplemente una herramienta de análisis: es un campo de combate simbólico en el que se define el sentido mismo del orden político.
Gondel y Palti sugieren que, para comprender estos fenómenos, no basta con aplicar modelos europeos a rajatabla. Se requiere una historia conceptual situada, que reconozca la especificidad de los contextos latinoamericanos, su herencia colonial, sus rupturas intermitentes, y la persistencia de lenguajes políticos que no encajan del todo en las categorías modernas.
Así, Honduras y Paraguay dejan de ser “casos menores” o “anomalías” dentro del mapa político global. Al contrario: se vuelven ejemplos decisivos para repensar cómo funcionan realmente los conceptos políticos en el Sur global. En ellos, las palabras no solo reflejan la historia: la hacen, la trastocan, la disputan. Comprender eso es el primer paso para pensar políticamente desde nosotros mismos.
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