Crisis en Haití: Claves de la violencia, la política y la desesperación humanitaria
La violencia de las bandas armadas, la crisis política y la inestabilidad humanitaria marcan un panorama sombrío en Haití.
Haití atraviesa una crisis multidimensional marcada por el crecimiento descontrolado de la violencia de las bandas, que controlan gran parte de la capital, Puerto Príncipe, y han desbordado las capacidades del gobierno para restaurar el orden. En los últimos años, la situación ha empeorado de manera alarmante, y la violencia ya no solo afecta a los ciudadanos comunes, sino que también impacta en el transporte aéreo, como ocurrió recientemente cuando dos aviones comerciales fueron tiroteados, lo que obligó al cierre del aeropuerto Toussaint Louverture y la suspensión de vuelos.
Fotografía de archivo de una calle en Puerto Príncipe (Haití). EFE/Johnson Sabin
La violencia desbordada de las bandas
Las bandas armadas, en particular la coalición Vivre Ensemble liderada por la expolicía Jimmy Cherizier, alias "Barbecue", han intensificado sus ataques en Puerto Príncipe, sumiendo la ciudad en un clima de terror. Esta semana, los grupos criminales anunciaron días de violencia en la capital, lo que paralizó nuevamente la ciudad, mientras las autoridades mostraron poca acción para contrarrestar la situación. La ONU también suspendió temporalmente la ayuda humanitaria debido a la imposibilidad de acceder a las zonas afectadas por la violencia.
Entre julio y septiembre de este año, al menos 1.223 personas murieron y 522 resultaron heridas en Haití como resultado de la violencia, que ha dejado más de 3.900 víctimas en el primer semestre de 2024. La crisis humanitaria se agrava con la escasez de alimentos. ya que 5,4 millones de personas, casi la mitad de la población, sufren hambre aguda.
Ineficiencia de las fuerzas de seguridad y la misión multinacional
A pesar de la llegada de la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad (MMAS), liderada por Kenia, la situación de seguridad no ha mejorado. El control territorial de las bandas armadas se mantiene en el 80% de Puerto Príncipe, y las fuerzas internacionales y la policía haitiana han demostrado ser ineficaces para recuperar los territorios perdidos. La inestabilidad se refleja también en la crisis de desplazados, con millas de personas obligadas a huir de sus hogares debido a la violencia.
Crisis política y falta de elecciones
La crisis política en Haití también contribuye a la desestabilización. El país no ha celebrado elecciones nacionales desde 2016, y el asesinato del presidente Jovenel Moise en 2021 sumió a Haití en un vacío de poder. Ariel Henry, primer ministro designado tras el asesinato de Moise, renunció este año después de enfrentarse a protestas violentas por su decisión de posponer las elecciones hasta 2025. Desde abril de este año, el país está bajo un Consejo Presidencial de Transición (CPT), que se encarga de organizar elecciones para finales de 2025, pero la lucha por el control del poder sigue sin resolverse.
El nuevo primer ministro y la hoja de ruta
La reciente destitución de Garry Conille y la llegada del empresario Alix Didier Fils-Aimé como nuevo primer ministro, quien asumió el cargo el sábado, ha dado paso a un nuevo intento de restaurar el orden. Fils-Aimé subrayó que la situación es "crítica" y destacó que los principales objetivos de su gobierno serán restablecer la seguridad, responder a la emergencia humanitaria, relanzar la economía y preparar las elecciones. Sin embargo, la falta de confianza en las instituciones y la persistente violencia hacen que los desafíos sean aún mayores para el nuevo liderazgo del país.
Con información de: EFE