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San Alberto Magno y las bellas artes: estética medieval y espiritualidad
EL BANQUETE
Publicado en 30/12/2024

San Alberto Magno y las bellas artes: estética medieval y espiritualidad

Una revisión de la obra de San Alberto Magno revela su contribución al concepto de bellas artes y su conexión con la metafísica de la belleza y las artes liberales.

Durante años, predominó la idea de que los escolásticos medievales no tenían mucho que aportar en términos de estética, relegando el concepto de bellas artes al Renacimiento y las épocas posteriores. Sin embargo, un análisis de la obra de San Alberto Magno, realizado por el investigador David Torrijos Castrillejo (2020) en su artículo publicado en la Revista De Medio Aevo, revela que este gran teólogo dominico reflexionó sobre la belleza en tanto a las artes liberales y el alma humana.

 San Alberto Magno © Facebook/Fátima La Gran Esperanza

La concepción de la belleza: un puente entre lo divino y lo humano

San Alberto define la belleza como una síntesis de lo verdadero y lo bueno, siguiendo la tradición neoplatónica. En su obra, identifica tres componentes esenciales de la belleza: el esplendor de la forma, la proporción y la capacidad de atraer el deseo. Sitúa a la belleza como un reflejo de la perfección divina, donde toda creación terrenal constituye un eco de la primera belleza que es Dios.

El pensamiento de San Alberto supera la mera contemplación teórica al incluir la dimensión práctica. La belleza, argumenta, reside en lo visible y en el alma humana, donde se manifiesta como virtud moral. Esta conexión entre lo ético y lo estético dota a las artes de un propósito trascendental: la edificación espiritual y la elevación del alma hacia el bien.

Las bellas artes y su lugar en las artes liberales

El estudio destaca que San Alberto distingue entre tres tipos de artes:

Artes mecánicas: enfocadas en la utilidad y la satisfacción de necesidades materiales.

Artes liberales: perseguidas por su propio valor intrínseco, como la música, que eleva el espíritu a través de la armonía.

Artes intermedias: combinan utilidad y belleza, como la arquitectura y ciertas formas de artes decorativas.

Para San Alberto, las bellas artes pertenecen en gran medida al ámbito de las artes liberales, ya que buscan la belleza como fin en sí misma. No obstante, comenta que algunas artes, como la arquitectura, cumplen funciones utilitarias, lo que las sitúan en un espacio intermedio entre lo mecánico y lo liberal.

El placer estético: una puerta hacia la virtud

Un aspecto central en la obra de San Alberto es el placer estético asociado a la contemplación de las bellas artes. Este deleite no es meramente sensorial; Tiene un propósito moral. La belleza, al suscitar admiración, conduce al espectador hacia una apreciación del bien y, por ende, hacia una mayor virtud.

Las bellas artes, según el dominico, plasman la belleza del alma en la materia. Este proceso embellece el entorno físico, y fomenta un crecimiento espiritual en quienes las contemplan. En palabras de San Alberto, las obras de arte pueden ser metáforas del bien honesto de la virtud, uniendo lo visible y lo invisible en un único acto de elevación espiritual.

El estudio de Torrijos Castrillejo posiciona a San Alberto Magno como un precursor en la reflexión sobre las bellas artes dentro de la filosofía medieval. Su obra demuestra que la estética no era ajena al pensamiento escolástico, por el contrario, estaba profundamente integrada en una visión del mundo donde la belleza servía como puente entre lo divino y lo humano, entre lo material y lo espiritual.

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