Químicos comunes en espacios interiores, una amenaza silenciosa para la salud
Un estudio alerta sobre la exposición a contaminantes en interiores y la necesidad de adoptar
Los productos químicos y materiales presentes en espacios habitados están afectando la salud y el bienestar de las personas, según reveló la arquitecta y especialista en bioconstrucción y sostenibilidad María Toledo Pérez-Andreu. En su tesis doctoral presentada en la Universidad de La Laguna, destacó la importancia de la calidad del aire interior, que influye tanto en el sistema respiratorio como en el bienestar general.
El estudio señala que las personas pasan cerca del 90% de su tiempo en espacios interiores, donde la concentración de contaminantes puede superar significativamente la del aire exterior. Entre las sustancias nocivas más comunes se encuentran los compuestos orgánicos volátiles (COV), partículas finas y alérgenos, asociados con problemas respiratorios, cardiovasculares, hormonales e incluso con un impacto negativo en la función cognitiva y el rendimiento académico.
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A pesar de estos riesgos, la investigación identifica una desconexión entre la percepción del peligro y el uso de productos cotidianos, como materiales de construcción y productos de limpieza, que a menudo contienen compuestos dañinos. Muchos confían en que la ausencia de olores químicos indica un entorno seguro, ignorando la persistencia de los contaminantes en el aire incluso cuando no son detectables olfativamente.
La tesis destaca la necesidad de adoptar prácticas como ventilar regularmente los espacios, minimizar el uso de productos químicos agresivos y optar por materiales libres de COV. Sin embargo, estas medidas se implementan de manera inconsistente. Por ejemplo, aunque algunos ventilan al mudarse a un lugar nuevo, suelen dejar de hacerlo una vez desaparece el olor a pintura, sin considerar que los contaminantes permanecen en el aire.
Para contrarrestar esta problemática, la investigación aboga por incorporar estrategias educativas desde edades tempranas, fomentar la capacitación de profesionales en diseño de espacios saludables y promover la adopción de hábitos sostenibles. Además, se recomienda garantizar sistemas de ventilación eficientes, controlar la humedad para evitar el moho y utilizar filtros de aire de alta eficiencia, como HEPA, en áreas con mala calidad de aire exterior.
Con estas medidas, es posible reducir significativamente la exposición a contaminantes en interiores, protegiendo la salud y el bienestar de quienes pasan la mayor parte de su tiempo en estos espacios.
Con información de: La Vanguardia