¿Puede la fatiga mental ser tan agotadora como el ejercicio físico? Lo que dice la ciencia
Investigaciones revelan cómo la fatiga mental afecta tanto al rendimiento cognitivo como al físico, demostrando que el agotamiento mental también influye en nuestra resistencia física.
Aunque el cerebro es más complejo que un músculo, la comparación entre el cansancio mental y el físico es más común de lo que parece. A pesar de que las estructuras y funciones del cerebro son muy diferentes a las de los músculos, el órgano más importante del sistema nervioso consume una gran cantidad de energía. Aunque representa solo el 2% del peso corporal, en reposo puede llegar a consumir hasta el 20% de la energía total de una persona adulta, lo que equivale a alrededor de 450 kilocalorías.
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La fatiga mental y su impacto en el rendimiento físico
Un estudio publicado en 2018 reveló que la fatiga mental se produce cuando el cerebro agota la glucosa, su principal fuente de energía. Este agotamiento afecta la dopamina, neurotransmisor clave para la motivación y la atención, lo que puede llevar a la fatiga mental. En consecuencia, el cerebro tiende a cambiar a actividades automáticas para "descansar", dejando de lado tareas que requieren mayor concentración.
Un estudio de la Universidad de Camberra, liderado por Kristy Martin, titulado La fatiga mental afecta el rendimiento de resistencia: una explicación fisiológica, subraya cómo la fatiga mental no solo afecta la capacidad cognitiva, sino que también impacta en la resistencia física. Según la investigación, el agotamiento mental modifica el estado psicobiológico, lo que altera la percepción del esfuerzo durante actividades físicas prolongadas. De hecho, los participantes mentalmente fatigados reportaron una mayor percepción del esfuerzo físico.
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El estrés y la sobrecarga cognitiva
El estrés juega un papel fundamental en la fatiga mental, ya que produce un aumento del cortisol, una hormona que afecta negativamente la concentración y la memoria. Según un artículo publicado en La Sexta en España, aunque el cerebro consume una pequeña cantidad de energía al realizar tareas cognitivas exigentes, la energía que utiliza para gestionar funciones vitales del cuerpo es considerablemente mayor. Además, cuando el cerebro está agotado, disminuye el flujo sanguíneo y la actividad eléctrica cerebral, lo que hace más difícil reactivarlo.
Estrategias para combatir la fatiga mental
Aunque tomar alimentos estimulantes como café puede ofrecer un alivio temporal, la recuperación completa requiere un enfoque más integral. Para reducir la fatiga mental, es esencial llevar una dieta equilibrada, evitar el estrés excesivo y dar al cerebro tiempos adecuados de descanso.
El ejercicio moderado, como caminar, correr o andar en bicicleta durante 30 minutos al día, tiene un impacto positivo no solo en el cuerpo, sino también en la mente, reduciendo los niveles de estrés y mejorando el estado de ánimo. Además, prácticas como la meditación y la relajación también son fundamentales para mantener un cerebro saludable y equilibrado.
Con información de: El Clarín