Ejercicio físico como remedio para mejorar el sueño en adultos mayores
Un estudio cuasi-experimental revela que la actividad física moderada es clave para combatir problemas de sueño en la tercera edad, mejorando la calidad de vida.
El sueño es un factor esencial para el bienestar, pero en los adultos mayores, lograr un descanso reparador puede convertirse en un desafío. Problemas como el insomnio, los despertares nocturnos y la somnolencia diurna son comunes en la tercera edad, impactando la salud física y mental. Un estudio reciente examina cómo el ejercicio físico moderado puede ser una estrategia efectiva para mejorar la calidad del sueño en esta población, revelando resultados prometedores y sugiriendo cambios en las recomendaciones de salud.
Imagen: Vlada Karpovich
El estudio, de diseño cuasi-experimental, se realizó con adultos mayores divididos en un grupo de intervención y un grupo de control. Los participantes en el grupo de intervención realizaron ejercicios aeróbicos moderados tres veces por semana durante 30 minutos, en un período de 12 semanas. El grupo de control, por otro lado, no participó en ningún programa de ejercicio. Los resultados mostraron que quienes participaron en la intervención de ejercicio experimentaron mejoras significativas en la calidad del sueño, medida a través de la Escala de Calidad de Sueño de Pittsburgh.
El ejercicio así, ayuda a conciliar el sueño y reduce los niveles de estrés y ansiedad, factores que afectan el descanso. Según el estudio, el grupo de intervención reportó una disminución en el tiempo necesario para quedarse dormido, una menor frecuencia de despertares nocturnos y una duración del sueño más prolongada. En conjunto, estos factores contribuyen a una mayor eficiencia en el descanso, lo que resulta relevante para mantener la salud general y prevenir problemas asociados con el envejecimiento, como la depresión y el deterioro cognitivo.
Imagen: cottonbro studio
Además, el estudio destaca cómo el ejercicio puede ser una alternativa eficaz y sin efectos secundarios a los fármacos para el sueño, que suelen ser prescritos a personas mayores, pero conllevan riesgos de dependencia y efectos adversos. La actividad física regular mejora la calidad del sueño al favorecer un patrón de sueño más estable y profundo, ya diferencia de los medicamentos, sus beneficios se extienden a otros aspectos de la salud, como la fortaleza cardiovascular y muscular, esenciales para mantener la independencia en la tercera edad.
Imagen: Marcus Aurelius
El estudio enfatiza la importancia de promover la actividad física entre los adultos mayores como una estrategia accesible y sostenible para mejorar su calidad de vida. Iniciativas de salud pública podrían integrar programas de ejercicio para adultos mayores en centros comunitarios y residencias, contribuyendo a una mejora significativa en su bienestar general. Estos hallazgos recalcan que el ejercicio además de fortalecer el cuerpo, mejoran el sueño, por lo constituye una herramienta solida en la promoción de un envejecimiento saludable.
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