Riesgos visuales en la era digital: cómo proteger nuestros ojos en el uso diario de pantallas
Un estudio advierte sobre el impacto del uso excesivo de dispositivos electrónicos en la salud ocular y ofrece recomendaciones para una higiene visual adecuada.
El uso intensivo de las tecnologías de la información y la comunicación (TICs) ha modificado significativamente nuestra vida diaria, pero también plantea riesgos importantes para la salud ocular. Un estudio reciente revela cómo la exposición prolongada a pantallas de dispositivos como celulares, computadoras y tabletas puede provocar un aumento de enfermedades visuales, desde el síndrome de fatiga visual hasta afecciones como el glaucoma, las cataratas y la degeneración macular asociada a la edad (DMAE). La investigación (Bustamante et al, 2021), destaca la importancia de adoptar prácticas de higiene visual para prevenir estos problemas y mejorar la calidad de vida de los usuarios.
La revisión analiza cómo factores como la luz azul emitida por las pantallas, el tiempo de exposición y la postura afectan la visión. La exposición a la luz azul-violeta, por ejemplo, puede causar fatiga ocular y alterar los ciclos de sueño, mientras que la luz azul-turquesa, aunque menos dañina, también puede influir en el estado anímico y la regulación del reloj biológico. Estos efectos se ven exacerbados en personas que utilizan dispositivos por más de tres horas continuas al día, lo que, según el estudio, aumenta en un 90% las posibilidades de padecer el síndrome de fatiga visual.
Imagen: Proxyclick Visitor Management System
Además, el estudio señala que la pandemia de COVID-19 intensificó estos problemas debido al aumento del teletrabajo y la educación en línea. El tiempo prolongado frente a las pantallas no solo afecta la visión, sino que también puede llevar a dolores de cabeza, ojos secos y visión borrosa. Para mitigar estos efectos, se recomienda la adopción de estrategias preventivas, como la "regla 20-20-20", que sugiere descansar cada 20 minutos mirando algo a 20 pies de distancia durante 20 segundos.
Los autores del estudio proponen una serie de prácticas para mejorar la higiene visual en el entorno laboral, entre las que destacan el uso de sillas ergonómicas, pantallas con filtros de luz azul y la regulación del brillo de los dispositivos en función de la luz ambiental. También sugieren ajustar la posición de las pantallas a 50-60 cm de distancia de los ojos y utilizar iluminación adecuada para reducir el contraste entre la pantalla y el entorno.
De esta manera, la investigación enfatiza la necesidad de educar a la población sobre la importancia de cuidar la salud visual en un mundo digitalizado. La adopción de buenos hábitos visuales además de proteger la visión, contribuye también a mejorar el bienestar general y la productividad.
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