La salud mental materna y su impacto en la adaptación de los preescolares al jardín infantil
Un estudio en Chile revela cómo la ansiedad y la depresión en las madres influyen en el desarrollo socioemocional infantil.

El inicio de la educación preescolar representa un hito concluyente en el desarrollo infantil, pero su éxito no depende únicamente del niño. Un estudio (2012), realizado en Chile, explora el papel de la salud mental materna en la adaptación de los preescolares al jardín infantil, acentuando cómo los síntomas de ansiedad y depresión en las madres pueden influir en el comportamiento y el bienestar emocional de sus hijos.

Cuando la ansiedad y la depresión materna afectan la infancia
La salud mental materna es un factor determinante en la crianza y en la percepción que las madres tienen sobre sus hijos. La investigación, realizada con 27 madres y sus hijos preescolares, encontró que aquellas madres con mayores niveles de ansiedad o depresión tendían a percibir a sus hijos como menos adaptados y con más dificultades emocionales y conductuales.
Entre los principales hallazgos se destacan:
Las madres con síntomas depresivos reportaron mayores problemas en la adaptación de sus hijos.
Los niños de madres ansiosas presentaban más dificultades para regular sus emociones en el jardín infantil.
Existe una discrepancia entre la percepción materna y la evaluación de los educadores sobre la adaptación infantil.
Esto sugiere que la salud mental materna no solo influye en la relación madre-hijo, interviene también en la interpretación que las madres hacen del comportamiento de sus hijos en entornos educativos.

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Problemas de adaptación: una mirada desde la conducta infantil
El estudio identificó dos tipos principales de problemas en los niños cuyas madres reportaron síntomas de ansiedad o depresión:
Problemas internalizantes: Ansiedad, timidez extrema, baja autoestima y dificultad para interactuar con otros niños.
Problemas externalizantes: Conductas impulsivas, rabietas frecuentes y dificultad para seguir instrucciones.
Aunque los educadores reconocieron algunos de estos comportamientos en el aula, en general percibieron a los niños como adaptados dentro del rango esperado. Esta diferencia en las percepciones refuerza el supuesto de que la salud mental materna puede distorsionar la forma en que las madres interpretan la conducta de sus hijos.
El papel del jardín infantil y la intervención temprana
Los jardines infantiles no solo son espacios de aprendizaje, lo son también de socialización y regulación emocional. La intervención temprana, a través del trabajo conjunto entre educadores y familias, puede ser determinante para ayudar a los niños a enfrentar los desafíos de la adaptación escolar.
Entre las estrategias recomendadas por los investigadores para mejorar la transición al jardín infantil se encuentran:
Fortalecer la educación emocional en los centros educativos.
Capacitar a docentes para identificar señales de estrés en niños y apoyar a las familias.
Incluir programas de acompañamiento psicológico para madres con síntomas de ansiedad o depresión.

El estudio confirma que la salud mental materna influye en la percepción y adaptación de los niños al jardín infantil. Más allá de la conducta infantil en sí, la ansiedad y la depresión materna pueden generar una visión sesgada sobre las dificultades del niño, lo que puede impactar su desarrollo socioemocional.
Abordar la salud mental de las madres como parte de la educación infantil no solo beneficiaría a los niños, también fortalecería el vínculo familiar y contribuiría a una mejor experiencia en los primeros años escolares. La educación temprana no debe centrarse únicamente en el niño, debe alcanzar a su entorno, garantizando el bienestar emocional de toda la familia.
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