Federico Fellini: el maestro del cine del séptimo arte
El visionario italiano que combinó la realidad y la fantasía en la pantalla grande.
Federico Fellini, considerado uno de los mayores genios de la historia del cine, nació un día como hoy, el 20 de enero de 1920, en Rímini, Italia. Su nombre se ha convertido en sinónimo de creatividad y en un adjetivo propio, "felliniano", que evoca mundos cinematográficos únicos donde la realidad se entrelaza con la imaginación. Autor de clásicos como La dolce vita y Amarcord , Fellini dejó una huella imborrable en el séptimo arte y ganó cuatro premios Óscar a la mejor película extranjera.
Fellini mostró desde muy joven una fascinación por el espectáculo. A los ocho años, su curiosidad lo llevó a unirse temporalmente a un circo, un mundo que más tarde sería recurrente en sus películas. Durante su adolescencia, su amor por los dibujos y las historietas fue evidente, trabajando como caricaturista y pintando retratos de los protagonistas de las películas estrenadas en el Cine Fulgor, su lugar favorito en Rímini.
Influenciado por los cómics norteamericanos y las películas de Charles Chaplin, Fellini desarrolló un estilo que combinaba lo grotesco con lo cómico. En 1939, se trasladó a Roma con la intención de estudiar Derecho, pero pronto se dedicó al periodismo y al guionismo, un camino que lo llevó a colaborar con cineastas como Roberto Rossellini en el neorrealismo italiano.
Fellini comenzó como guionista en películas neorrealistas, pero su debut como director llegó en 1952 con El jeque blanco. Pronto destacó con Los inútiles (1953), que le valió el León de Plata en Venecia. Sin embargo, fue con La Strada (1954) cuando alcanzó la fama internacional, ganando su primer Óscar. La película, protagonizada por Anthony Quinn y Giulietta Masina, su esposa y musa, mostró su habilidad para explorar las emociones humanas más profundas.
En los años 60, Fellini alcanzó la cima de su carrera con obras icónicas como La dolce vita (1960) y Ocho y medio (1963), ambas consideradas joyas del cine universal. La dolce vita que retrata la decadencia de la alta sociedad romana, marcó un hito en el cine y popularizó el término "paparazzi". Por otro lado, Ocho y medio fue un autorretrato introspectivo que consolidó su estilo surrealista y poético.
A lo largo de su trayectoria, Fellini recibió numerosos reconocimientos, incluido un Óscar honorífico en 1993 por su contribución al cine mundial. Su obra evolucionó hacia temas más personales y experimentales, como se vio en Amarcord (1973), una mirada nostálgica a su infancia en Rímini que le valió otro premio de la Academia.
Sin embargo, sus últimas películas, como La voz della luna (1990), no tuvieron el impacto comercial esperado en un panorama dominado por el cine norteamericano. A pesar de ello, Fellini siguió explorando la ironía y la introspección en su trabajo, consolidando su legado como un innovador incansable.
El 31 de octubre de 1993, Fellini falleció en Roma a los 73 años, dejando un vacío irreparable en el mundo del cine. En su funeral, celebrado en el icónico Estudio 5 de Cinecittà, 70.000 personas se despidieron de él al son de las melodías de su inseparable colaborador Nino Rota.