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La eterna renovación del año nuevo
PSIQUÉ
Publicado en 31/12/2024

La eterna renovación del año nuevo

Iniciar el nuevo año no debe ser una excusa para perseguir deseos efímeros, debe ser una oportunidad para fortalecernos interiormente y vivir de manera más sabia.

El cambio de año es un momento simbólico de transición en la vida de muchas personas. Para algunos, es una oportunidad para dejar atrás lo viejo, empezar de nuevo y reflexionar sobre lo que se ha vivido. Pero, ¿qué es lo verdaderamente importante al finalizar y comenzar un ciclo nuevo?

El valor de la reflexión como imperativo psicológico

Desde una perspectiva psicológica, el fin de un año y el inicio de otro son momentos significativos para la reflexión personal. La psicología positiva, liderada por figuras como Martin Seligman, acentúa el valor de la introspección como medio para promover el bienestar. Cuando se reflexiona sobre lo vivido, se identifican logros y fracasos, lo que ayuda a construir un sentido de identidad y propósito.

En su obra La auténtica felicidad, Seligman sugiere que el bienestar no recae en el acumular momentos de placer, por el contrario pretende encontrar un significado profundo en nuestras acciones. Por su parte, la psicóloga Susan David, autora de Emotional Agility, también habla de la importancia de aceptar nuestras emociones y reflexionar sobre ellas. Este ejercicio de conciencia emocional es determinante en el proceso de dejar atrás lo que no sirve y estar abierto a las oportunidades que el nuevo año ofrece.

Imagen de referencia: Pexels

La filosofía del renacer

El cambio de año puede verse como una oportunidad para el renacer. Para el filósofo alemán Friedrich Nietzsche, es un eterno retorno de ciclos. Según Nietzsche, cada fin de ciclo es una oportunidad para reinventarnos, para volver a empezar de una manera diferente, libre de las ataduras del pasado. En este sentido, el inicio de un nuevo año es, para muchos, una oportunidad para aplicar la idea de "volverse quien uno es", tal como se expresa en Así habló Zaratustra. La necesidad de ser fiel a nuestra esencia, pero reconociendo que siempre podemos reinventarnos, refleja la verdadera importancia de comenzar de nuevo.

El filósofo existencialista Jean-Paul Sartre también recalca la importancia de la libertad personal y la responsabilidad. Para Sartre, cada momento es una oportunidad para tomar decisiones que definan nuestra existencia, sin depender de un destino o de las expectativas de los demás. En el cambio de año, encontramos el espacio para afirmar nuestra libertad y la responsabilidad que conlleva: la capacidad de elegir cómo vivir y qué significado darle a la vida.

La sabiduría de los filósofos estoicos

Los estoicos, como Séneca y Epicteto, enseñan a centrarnos en lo que está bajo nuestro control ya aceptar lo que no lo está. Al mirar atrás, los estoicos reflexionan sobre lo que se ha hecho bien y lo aprendido, sin lamentarse por lo que no se puede cambiar. El filósofo Séneca, en De la brevedad de la vida, dirá que el tiempo es limitado y que debemos aprovecharlo con sabiduría. Esta reflexión establece el verdadero valor no reside en los momentos de festividad, va más allá, en cómo hemos utilizado nuestro tiempo a lo largo del año para vivir de acuerdo con nuestras virtudes.

Para los estoicos, iniciar el nuevo año no debe ser una excusa para perseguir deseos efímeros, debe ser una oportunidad para fortalecernos interiormente y vivir de manera más sabia y acorde con nuestra naturaleza. Así, lo verdaderamente importante no es tanto la fecha del calendario, sino la disposición interior para vivir con serenidad y propósito.

La importancia de los propósitos

Muchos de nosotros celebramos el inicio de un nuevo año con una lista de propósitos, pero ¿qué propósito es verdaderamente relevante? Aristóteles en su Ética a Nicómaco nos dice que la felicidad (eudaimonía) se alcanza a través de la práctica continua de la virtud. De igual manera, nuestros propósitos deben estar conforme al desarrollo de virtudes, como la sabiduría, la justicia y la templanza.

El psicoanalista Viktor Frankl, en su libro El hombre en busca de sentido, afirma que el ser humano encuentra su mayor satisfacción en la búsqueda de un propósito que trascienda su propia existencia. Este es el tipo de resolución que tiene el potencial de transformar nuestra vida y proporcionarnos una dirección auténtica en el nuevo ciclo. Mas que poner el foco en solo metas materiales o superficiales, debe aspirarse a resolver los dilemas existenciales y contribuir al bien común.

Por tanto, al finalizar y comenzar un nuevo año, lo verdaderamente importante no es lo que dejamos atrás ni lo que deseamos alcanzar en términos superficiales, es el proceso continuo de introspección, aprendizaje y transformación. El cambio de año es solo una ocasión simbólica para recordarnos que siempre tenemos la oportunidad de reinventarnos, crecer y alinearnos más plenamente con nuestros valores esenciales. Así, lo importante no es solo lo que nos espera, sino cómo elegimos vivir y dar sentido a cada día.

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