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Neuroeducación: La ciencia del cerebro transformando el aprendizaje
ARETÉ
Publicado en 26/11/2024

Neuroeducación: La ciencia del cerebro transformando el aprendizaje

Expertos en neurociencia destacan cómo las emociones, la atención y la tecnología son claves para una educación más efectiva y personalizada.

La neurociencia, lejos de ser una moda pasajera, se está convirtiendo en una herramienta crucial para la educación moderna. Especialistas como Diego Golombek, Laura Marinucci y Andrea Goldin, a través de sus investigaciones, exploran cómo los avances en la ciencia cognitiva y neuronal pueden transformar las prácticas pedagógicas. Al integrar factores como la emoción, la atención y la plasticidad cerebral, la neuroeducación ofrece una nueva perspectiva sobre cómo los estudiantes aprenden y cómo los docentes pueden optimizar su enseñanza.

 Andrea Goldín publicó en 2022 el libro "Neurociencia en la Escuela", que recibió el premio Isay Klasse al mejor libro de educación / Infobae

El cerebro como centro del aprendizaje

Tradicionalmente, la educación se ha centrado en los contenidos, sin tener en cuenta cómo funciona el cerebro al aprender. Sin embargo, la neurociencia ha demostrado que el aprendizaje no es un proceso lineal. Factores como las emociones, la memoria, la plasticidad cerebral y la atención juegan un papel fundamental en cómo los estudiantes procesan y retienen la información.

El Dr. Diego Golombek, investigador del Conicet, enfatiza que, aunque en los años 90 la neurociencia estaba aislada de las prácticas educativas, hoy en día estamos en una etapa en la que ya se pueden aplicar estos conocimientos directamente en el aula. Sin embargo, advierte que la neurociencia no debe reemplazar las metodologías pedagógicas, sino complementarlas y enriquecerlas.

El rol de las emociones en el aprendizaje

Uno de los avances más relevantes en la neuroeducación es la comprensión del impacto de las emociones en el aprendizaje. Laura Marinucci, bióloga y especialista en educación, sostiene que las emociones son el "cemento" que conecta el conocimiento previo con el nuevo, permitiendo que el aprendizaje sea más profundo y duradero. Según Marinucci, una educación que involucra emocionalmente a los estudiantes y conecta con su realidad tiene más posibilidades de ser exitoso.

Por su parte, Andrea Goldin, neurocientífica del CONICET, subraya que el cerebro humano es increíblemente adaptable y se moldea según las experiencias que vive. El aprendizaje no solo se limita a lo que ocurre en el aula, sino que está influenciado por el entorno social y cultural de cada estudiante.

Neurociencia aplicada en el aula

Uno de los grandes desafíos de la neuroeducación es cómo implementar estos conocimientos en el aula de manera efectiva. Los expertos coinciden en que la clave está en el respeto por la complejidad del entorno educativo. Golombek resalta que la neurociencia no busca imponer un enfoque único, sino ofrecer herramientas para que los educadores puedan crear aulas más dinámicas, inclusivas y adaptadas a las necesidades cognitivas de los estudiantes.

Marinucci también propone que las actividades educativas deben ser diseñadas para fomentar la motivación, la gestión emocional y la atención, utilizando recursos que estimulan varios sentidos. Alternar momentos de alta concentración con pausas activas es fundamental para que el cerebro pueda consolidar la información de manera efectiva.

El futuro de la neuroeducación

A pesar de los avances, aún hay desafíos en la implementación de la neuroeducación. Golombek advierte sobre la "neurociencia de la moda", señalando que el término "neuro" se ha utilizado en exceso para vender productos y conceptos sin fundamento. Para él, la clave está en la interdisciplinariedad y en crear una sinergia entre las neurociencias y la educación.

Los tres especialistas coinciden en que el objetivo no es cambiar radicalmente las prácticas pedagógicas, sino adaptarlas para mejorar la experiencia de aprendizaje, respetando siempre la diversidad de los estudiantes y el contexto en el que se desarrollan. La neuroeducación, entonces, representa un puente entre la ciencia y la educación, un enfoque que promete transformar la forma en que enseñamos y aprendemos, con un cerebro mejor preparado para absorber el conocimiento.

Con información de: Infobae

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