Un misterioso anillo espacial aterriza en Kenia: un recordatorio del peligro de la basura espacial
La caída de un fragmento de cohete en una aldea keniana reaviva las preocupaciones sobre la basura espacial y su impacto global
Los habitantes de una aldea keniana comenzaron el año nuevo con un insólito suceso: un estruendo marcó la llegada de un enorme anillo metálico de 500 kilogramos y 2,5 metros de diámetro. El objeto, identificado como un posible fragmento de la etapa de separación de un cohete, cayó sin causar heridos ni daños materiales, pero evidenció nuevamente los riesgos asociados a la basura espacial.
La Agencia Espacial de Kenia investiga el incidente con el objetivo de identificar al responsable y tomar medidas legales. Este hecho subraya la necesidad urgente de que las agencias espaciales implementen estrategias más efectivas para gestionar los desechos generados por sus lanzamientos.
Cada año, millas de toneladas de desechos orbitales se acumulan en el espacio, provenientes de cohetes, satélites y otros dispositivos. Aunque la mayoría de estos fragmentos se desintegran al reingresar a la atmósfera, algunos logran llegar a la superficie terrestre en grandes pedazos, como el anillo caído en Kenia.
El objeto que cayó en un pueblo de Kenia podría ser basura espacial (Agencia Espacial de Kenia)
Estudios recientes advierten que la probabilidad de que un fragmento de basura espacial cause daño a un ser humano en los próximos diez años es del 10%. Incidentes anteriores, como la caída de piezas de SpaceX en Brasil y Carolina del Norte, o incluso fragmentos de la Estación Espacial Internacional en Florida, son ejemplos de cómo esta amenaza está más cerca de lo que parece.
Los peligros de la basura espacial no se limitan a las reentradas descontroladas. En órbita, los fragmentos flotantes aumentan el riesgo de colisiones entre satélites activos, efectos de comunicaciones, observaciones científicas y operaciones espaciales. Además, estas colisiones podrían desencadenar un efecto dominó, multiplicando los desechos y poniendo en peligro futuras misiones espaciales tripuladas o no.
La creciente actividad espacial agrava el problema. Según un informe de Business Insider, en 2024 se registraron 250 lanzamientos orbitales, un récord histórico que supera con creces el promedio de 82 lanzamientos anuales de la década anterior.