La Tierra pudo tener un anillo como el de Saturno hace 466 millones de años
Un antiguo fenómeno astronómico podría explicar los cambios climáticos y geológicos de la época.
Un nuevo estudio publicado en Earth and Planetary Science Letters plantea una fascinante hipótesis: hace 466 millones de años, la Tierra pudo haber lucido un anillo similar al de Saturno, formado tras la desintegración de un gran asteroide. Este descubrimiento no solo proporciona pistas sobre el pasado de nuestro planeta, sino que también arroja luz sobre eventos climáticos y geológicos cruciales.
Durante el período Ordovícico, el planeta experimentó un inusual aumento de impactos de meteoritos, marcado por la formación de casi dos docenas de cráteres cerca del ecuador terrestre. Según el geólogo Andrew Tomkins, autor principal del estudio, este patrón sugiere que los fragmentos no llegaron de manera aleatoria, sino desde un anillo de escombros creado tras la desintegración de un asteroide de 12 kilómetros de diámetro al cruzar el límite de Roche de la Tierra, una zona donde la gravedad del planeta puede destruir cuerpos celestes.
Imagen referencia: Oliver Hull
Impacto climático y evolutivo
La sombra del anillo o las nubes de polvo liberadas durante los impactos pudieron provocar una helada global conocida como la era Hirnantiense, uno de los eventos climáticos más fríos de la historia de la Tierra. Este enfriamiento habría afectado significativamente la evolución de la vida y el desarrollo de las condiciones terrestres.
Además, el análisis de los depósitos meteoríticos de esa época reveló altos niveles de condrita L, un material común en asteroides, con características únicas que refuerzan la teoría de un anillo. “Es una idea que conecta varios misterios geológicos y climáticos”, explicó el astrofísico Vincent Eke, quien no participó en la investigación.
¿Cómo sería este anillo?
Aunque su densidad es incierta, se estima que incluso un anillo débil habría sido visible desde la Tierra, especialmente durante la noche, cuando la luz del sol iluminaba sus partículas. Según Tomkins, el anillo habría durado entre 20 y 40 millones de años antes de dispersarse por colisiones internas.
¿Podrían volver los anillos?
Si bien es poco probable que la Tierra vuelva a tener un anillo, Marte podría adquirir uno en el futuro cuando su luna Fobos alcance el límite de Roche y se desintegre. Este evento, estimado para dentro de 100 millones de años, ofrecerá una oportunidad para estudiar fenómenos similares en otros cuerpos celestes.