Ataques de tiburones en playas hondureñas
Expertos afirman que los ataques son raros y no responden a la dieta de estos animales
Tras el reciente ataque de un tiburón a un hondureño, que logró sobrevivir a graves heridas en el abdomen y la pierna derecha, la preocupación entre los visitantes de las playas del Atlántico ha aumentado. Este incidente, que ocurre un mes después de otro ataque similar en Puerto Castilla, ha generado un ambiente de inquietud y especulación.
En respuesta a los ataques, las autoridades de la Policía Nacional, junto con la Dirección Nacional de Fuerzas Especiales (DNFE), han decidido aumentar la vigilancia en las playas de Tela, Atlántida. Para comprender mejor las causas detrás de estos ataques, se ha convocado a expertos en fauna marina que están investigando la presencia de tiburones en la zona.
La ciencia afirma que los tiburones no comen personas al no estar en su dieta.Uno de los mitos más comunes es que los tiburones pueden detectar sangre a kilómetros de distancia. Aunque tienen la capacidad de detectar sangre a grandes distancias, no pueden hacerlo a kilómetros ni si esta se encuentra muy diluida en el agua. Además, utilizan otros sentidos para identificar a sus presas, eligiendo aquellas que les proporcionan un alto valor energético y nutritivo, donde los humanos no encajan. Es falso que los tiburones atacan al detectar sangre humana. Como señala Gádor Muntaner, “la sangre humana no les atrae como sí lo hace la de pescado”. Es posible que se acerquen a investigar en caso de un sangrado abundante, pero no por situaciones como la menstruación. También cuentan con papilas gustativas que les permiten distinguir sabores y seleccionar lo que prefieren.
Los ataques registrados apuntan a la probabilidad que los tiburones perciban alguna amenaza en el humano. Por su parte, el miedo de los humanos hacia los tiburones puede estar enraizado en nuestro pasado, cuando debíamos estar alertas ante grandes depredadores. Sin embargo, es necesario y fundamental resaltar la importancia de tomar precauciones al nadar en condiciones de visibilidad reducida.